lunes, 18 de mayo de 2015

consejos para escritores

Bebe tanto como puedas,
hasta que tu hígado se vuelva transparente
y se vean a través de él
tus oscuros sentimientos.
Fuma. Fuma mucho,
que ninguna de tus aspiraciones
quede exenta de nicotina
-ni siquiera mientras duermes-.
Déjate de chorradas de amores
y de estupideces parecidas,
sabes que no te ayudarán en nada,
que acabarás escribiendo solamente
palabras ñoñas
e insoportables cursiladas
acerca del amor
y de otras enfermedades incurables.
Maltrata a las musas
hasta que se cansen de ti
y decidan abandonarte para siempre.
No seas educado
con aquellas personas
a las que no conoces,
no merece la pena quedar bien
con los que no están a tu altura,
a no ser que ya te encuentres
promocionando ese libro
que tienes que vender
para poder seguir bebiendo.
Entonces sí, sonríe,
pero sin que ese gesto
llegue a parecer exagerado. 
No salgas de tu casa.
No escuches a la gente
que cuenta alegremente sus historias
y las de los demás,
son veneno mortal
para tu frágil mente.
No pienses.
No dejes, jamás,
que tu vista se pierda
sin meta sobre el horizonte.
No quieras adivinar
ni cómo ni por qué
te late el corazón.
No pronuncies su nombre,
nunca.
Y si nada de lo anterior funciona
y sigues sintiendo
esas estúpidas ganas de escribir,
suicídate
y déjame tranquilo
que yo tampoco sé
cómo desengancharme de esta mierda. 

Antonio eMe