domingo, 23 de junio de 2013

"El Café del Loco" en El Reino de Micomicón

El pasado viernes, 7 de junio, tuve la enorme suerte de estar con "El Café del Loco" y con sus 50 pajaritas de papel en una tierra noble. En un Reino donde la imaginación ha establecido su residencia. En un lugar surgido de la mente del alcalaíno más universal. De la mente de D. Miguel de Cervantes Saavedra. Estuve, disfruté y me emocioné en El Reino de Micomicón. Agradecido de todo corazón a Diana y a María, princesas Micomiconas, y a su hospitalidad con este inmigrante indocumentado, procedente de un mundo casi real, tras abrirme las fronteras y permitirme el paso no supe (ni conozco aún) otro modo mejor de agradecer su generosidad que recitar algunos versos que revolotearon traviesos entre hermosas esculturas, tiernas cigüeñas, y formales universitarios. Mientras todo esto sucedía el público real que se daba cita en el imaginario reino conseguía que mi autoestima subiera rápidamente, y que mi agradecimiento se hiciera también extensivo a ellos, a las personas que hacen que la poesía siga con vida. A aquellos que ayudan al poema a salir del libro en el que se encuentra convirtiéndose en perfectos conductores de versos, rimas y métricas, consiguiendo así que las palabras adquieran el significado pleno con el que fueron concebidas, y no mueran de olvido entre las páginas oscuras donde un poeta descuidado las dejó caer. 

Gracias enormes a Lorena García Calderón que, abrazada a su violín, nos llenó el cielo del Reino de preciosas nubes musicales que se dejaron llover sobre alguno de mis poemas, consiguiendo con ello que estos florecieran más bellos que nunca.


Ahora sólo me queda dar las gracias de corazón a todos los que nos acompañasteis, así como agradecer la intención de todos aquellos que quisieron estar con nosotros pero finalmente no pudieron (habrá más oportunidades). 

 


Y gracias, de nuevo, una vez más, a María y a Diana, por dejarme convertir su casa en un auténtico Café de Locos. Les deseo tanta paciencia como suerte en el gobierno de este nuevo reino en el que triunfarán, seguro, porque las cosas buenas siempre triunfan. 

Desde aquí compadezco a todo aquél que aún no haya visitado El Reino de Micomicón, y le digo que ya está tardando en descubrir la magia de ese lugar. Déjese caer por allí, eche un ojo, y escuche como alguna de las obras de arte que reposan en sus estantes le susurra suavemente al oído que la lleve con usted. Hágala caso. 

Y si lo que le apetece es leer algunos versos pues entonces sepa que allí también podra adquirir "El Café del Loco (50 pajaritas de papel y otros poemas)" y ayudar con ello a que la poesía y, sobre todo, los poetas sigan disfrutando de buena salud y, en definitiva, de vida, que no es poco.

Un saludo

Antonio M. Moreno